Ayer fue el "Día mundial del SIDA". Desde 1998 (cuando Asamblea General de la ONU expresó finalmente su "preocupación" por este tema) a esta parte, más de 41 millones de personas viven en el mundo con VIH/SIDA, según las cifras oficiales. Sin embargo, en lo que va del 2008 el número de muertes por esta causa ya supera las cifras de años anteriores, ascendiendo a 2 millones de personas según las estadísticas de este mismo organismo. Argentina es el segundo país, después de Brasil, con mayor número de personas que padecen la enfermedad en América Latina. Según un informe publicado en Clarín el 2/12/08, unas 120 mil personas en nuestro país padecen la enfermedad... y gran parte de ellos son mujeres, en su amplia mayoría jóvenes trabajadoras y pobres de entre 15 y 24 años, que han contraído el virus porque en el 62% de los casos no han contado siquiera con educación sexual.
Pero no es todo: el 40 por ciento de los Centros de atención primaria de la salud (CAPS) de todo el país no cuentan con la infraestructura y los recursos humanos necesarios para llevar a cabo, ¡ni siquiera! una prueba de VIH. El director del Área de Infectología del Hospital Fernández, Pedro Kahn, señaló ayer que con el cambio del sistema de compras del Ministerio de Salud de la Nación, se ha agudizado la ausencia de insumos en los hospitales públicos. “Desde 2008, cuando se cambió el sistema de compras, tenemos faltas de insumos en los hospitales. En ese marco, las restricciones presupuestarias y el manejo ha hecho que faltaran preservativos en los hospitales públicos”, señaló.
Reconociéndose socia de los empresarios y preocupada por beneficiar a los grandes capitalistas frente a la crisis económica, Cristina Fernández de Kirchner profundiza mientras tanto sus ataques al sistema de salud vaciando los hospitales públicos, al tiempo que continúa favoreciendo el monopolio de la industria farmacéutica sobre medicamentos vitales, como el T – 20, comercializado casi exclusivamente por un solo laboratorio (Roche) a un precio que en 2005 era ya de unos $ 8000 pesos mensuales por tratamiento (Página 12, 2/12/05)
Y a pesar de todo esto, aún se insiste en que la “feminización del SIDA” se ha dado a causa de los comportamientos individuales de mujeres, jóvenes y niñas. ¡Cuánta hipocresía! Somos millones de mujeres las que en pleno siglo XXI seguimos sin poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, no tenemos acceso a la educación sexual y a la salud reproductiva, somos sometidas a relaciones sexuales y embarazos forzosos, somos víctimas de las redes de trata y de prostitución y estamos desocupadas o trabajamos en condiciones sumamente precarias sin siquiera contar con una obra social para nosotras y nuestras familias. Más que de comportamientos individuales, la “feminización del SIDA” es la expresión de una de las caras más crueles de la violencia que sufrimos las mujeres a manos del gobierno, la Iglesia, los partidos patronales y las instituciones de un Estado que no hace más que favorecer los intereses de los grandes empresarios, para quienes nuestros cuerpos y nuestras vidas, son y deben ser, solamente, fuerza de trabajo.
Mientras tanto, los Estados miembros de la ONU dicen que en el 2015 se van a alcanzar los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio y en la campaña que -como ayer- vemos con suerte una vez al año, el gobierno y los medios insisten en que dentro de 10 años ya casi no quedarán rastros de esta trágica situación que atraviesan millones de seres humanos en Argentina. Una verdadera burla cuando, en medio de una crisis económica internacional, los golpes comienzan a sentirse sobre las espaldas de los trabajadores y sectores populares, que ya comienzan a sufrir despidos y suspensiones o que viven con salarios de hambre, mientras los ataques a la salud, la vivienda y la educación se multiplican. ¿Qué es lo que hace suponer que, bajo estas condiciones, los gobiernos, organismos internacionales, etc vayan a dar una salida de fondo a una de las principales causas de muertes evitables a nivel mundial? La perspectiva es clara: como en toda crisis, la salida que nos proponen los capitalistas y sus representantes de turno es que paguemos su crisis con más miseria, más pobreza, más enfermedad para nosotras y nuestras familias, actuando de colchón para que sigan acumulando ganancias, incluso con la epidemia del SIDA.
Tenemos que comenzar ya mismo a organizarnos para arrancar nuestro derecho a la salud, al trabajo, a la vivienda y a la educación y terminar con este cínico negocio donde las vidas se cuentan como cobre y se desechan como basura.
Si se puede! Si una mujer avanza, ningún hombre retrocede! 
El 12 de diciembre último, las trabajadoras y trabajadores del subte realizaron un paro por 24 hs. exigiendo que se impugne el resultado de las elecciones fraudulentas convocadas por la burocracia de la UTA con la complicidad del Ministerio de Trabajo. Las maniobras evidenciaron la complicidad del gobierno, la patronal y la burocracia, que intentan destruir la representación genuina de los trabajadores. Desde Pan y Rosas acercamos nuestra solidaridad activa a los y las trabajadoras en lucha y una delegación de compañeras de Psicología de la UBA realizó entrevistas a algunas trabajadoras que se encontraban allí. Te invitamos a leer y difundir esta importante experiencia.
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