
El caso del hombre que violó a su hija, sistemáticamente por más de veinte años, con la que engendró siete hijos-nietos y que los medios insisten en titular “el monstruo de Mendoza”, conmueve al país y al mundo. En todas partes se habla de este caso, se opina, se analiza, se repudia y se abren interrogantes de la más diversa índole: ¿es el incesto un delito? ¿quien comete estos crímenes es un delincuente o un enfermo? ¿cuál es la responsabilidad de la madre en el asunto? ¿y cuál le cabe a la hija misma, víctima de las violaciones? (Leer más)